domingo, 3 de julio de 2011

ESCRIBIR SIN PENSAR

7 de abril del 2008
1.     
La vida nos inunda de pasión como un rio que baja incesante por la montaña.
Nos hace recordar que estamos para algo con el simple hecho de poder respirar.
Simple nunca es la vida, menos aún el respirar.
2.     
Siento tu aliento cerca de mi cuello. Necesito mezclar tu olor con la aroma de la mañana. Oír la música y recordar, escuchar el viento y llorar. Nadie es perfecto. Mi memoria hace estragos en mi alma por quererte olvidar. Calor en las manos. Mirada que clava sensualidad. Ya no estás. Ya no te oigo respirar...
3.                  
Salir corriendo, subir montañas, escalar las más grandes emociones cuando vas por la calle y   miras a un desconocido y...te reconoce. Búsqueda de pasión sin compromiso. Búsqueda de la calidez de la confianza. ¿Qué es mejor, cubrirse con tu paraguas de toda la vida o dejar que la tormenta moje tu cara? Todo depende del calor de tu corazón, de la inquietud de tu alma, del frío de la calle, de la necesidad de no mirar más que las rayas que te protegen de un mundo que la moral castiga, pues no se puede llevar el paraguas abierto sobre la cabeza y mojarse la cara al mismo tiempo...
4.     
Hablar del amor como del viento. Pues sólo se puede sentir, nunca ver. Tan sólo retratado sobre los demás se insinúa, a veces con elegancia, otras con la fuerza del huracán. Se proyecta desde el exterior hasta colarse por los huequecitos que dejamos en el corazón, de una puerta, en las esquinas, en las grandes explanadas solitarias que los buscan. Allí la soledad espera con sus silbidos alegres, su grato vaivén en la larga madrugada. De día es más fácil pues el sol la acompaña. A través de la luz le enseña lo objetivo, todo un mundo visual lleno de color que sin el viento, piensa ella, no tiene vida, pues le falta movimiento. La alegría del no ser visto, del sentir, de la improvisación instintiva es lo que nos hace, grandes, hermosos y a su vez, inseguros y desconfiados. Pues soñamos con tener sueños y al vivirlos deseamos despertar...

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