domingo, 7 de agosto de 2011

¡Y PUNTO!


Vemos como el concepto “punto” dentro de su sencillez alberga infinidad de posibilidades.
“Del latín  punctum, es una señal circular normalmente de dimensiones pequeñas que es perceptible en una superficie por contraste de color o de relieve”

Partiendo de esta definición, podríamos empezar pensando que un punto nace de la visión de una línea que se extiende al infinito mirada desde un extremo. Siendo así, podemos presuponer que es la breve cara oculta de algo que no tiene fin. Sí especulamos, podríamos suponer que “ser un punto” usado como sinónimo,  sería la persona que muestra solamente lo absolutamente necesario de su persona,  de sus infinitas capacidades o cualidades como para ser reconocido y  de esta manera,  existir.  También se podría decir que sufre de falta de reconocimiento pues nadie se ha molestado por mirarla con el suficiente detenimiento como para ver su inmensidad, un pequeño cambio de perspectiva valdría para perder su inmóvil escondite.

Por otro lado,  podría significar llevar la función intrínseca de unirse irremediablemente a algo, a alguien. Esto nos puede servir como aprendizaje vital o como excusa para no tomar decisiones, responsabilidades y dejarnos llevar. De cualquier manera, nuestro desarrollo vital  se nutriría de la interacción con diversos elementos, ya pueden ser personas o cosas.
En sí, hablamos de la sociedad, donde cada cual adopta el rol que mejor le funciona, y sí lo pensamos bien,  la realidad es que nunca dejamos de ser un punto dentro de la enorme red social. Ya sea de modo dependiente, ya sea con iniciativas alternativas. Unos absorven las responsabilidades ajenas, otros se enganchan como lapas a las dinámicas vitales del resto, ya sea mediante relaciones afectivas, el trabajo, los estudios, etc. Desde este punto de vista, la interacción es vital para entender nuestra razón de existir.

INDIVIDUALISMO, DISGREGACIÓN, SOLEDAD, INSOLIDARIDAD, AISLAMIENTO

 Versus

SOCIEDAD, INTERACCIÓN, UNIÓN, RED, EXISTENCIA

De otro modo, tener puntos” siempre podría referirse al resultado de esos dichoso  poritos negros que a todos nos han salido alguna vez, llevar un jersey divertido, o padecer una dolorosa sutura quirúrgica, pero sería demasiado fácil.
En la línea de este texto,  pienso que puede ir unido a la idea de tener un valor añadido.  Visualizo una cartilla valorativa llena de rayitas impuestas por los demás. Puntos, puntos, puntos. Ser simpático “10 points”, seguir el patrón físico de moda “10 points”, etc. De esta manera, son los demás quienes reconocen nuestros méritos, nuestras cualidades innatas y las cultivadas en total interacción con un sistema social aprendido e impuesto que marca lo que merece un punto y lo que descalificar.   Desde este punto de vista, parece que la meritrocrácia reina en nuestro sistema y que las acciones humanas quedan sometidas a las necesidades o peticiones sociales dominantes, pero sería un error no contemplar el factor individual, como persona pensante y autoconstructiva que tiene la capacidad de elegir y de autovalorarse. Que participa en el juego social de modo consciente y reflexivo, diferenciando las reglas sociales de sus acciones como individuo.
No todo es una valoración externa, no todo es autorealización.

MERITOCRÁCIA, CONSTRUCTIVISMO, CONCIENCIA, REFLEXIÓN, SISTEMA E INDIVIDUO